La cultura de ganar como equivalente del éxito…
Ganar no siempre equivale a tener éxito, y este error quizás si no lo aprendemos, será el gran freno de nuestros deportistas y nuestra sociedad.
Existe una crisis en la cultura “de ganar a toda costa”, “ganar a todo precio”. Ganar a toda costa se ha vuelto aceptable. Como sociedad honramos a las personas que están en el pódium, tanto en escuelas, organizaciones, empresas, y aplaudimos efusivamente el ganar torneos, elecciones y premios. Pero este, no es el problema de base, el problema se produce cuando tristemente, cuando estas personas acaban abandonando, por lo que llamamos presión, o más bien “quemarse” o “burnout”.
Y es que a pesar de aquel trofeo, aquella medalla, aquel primer premio o aquellas calificaciones, hay personas que salen muy dañadas, física, mental y emocionalmente. Y a pesar de las ganancias, ¿por qué hay personas que abandonan? ¿Son débiles? ¿No soportan la presión? ¿No son capaces de adaptarse al entorno y exigencias?
Nos hemos enfocado tanto en el resultado final, y en que ese resultado sea una victoria que el componente humano de como llegamos allí se está olvidando. Escuchamos preguntas como: ¿ganaste? ¿cuántos puntos anotaste? ¿cuál es tu nota?. Queremos campeones. Queremos ver a los niños, adolescentes, jóvenes y adultos consiguiendo premios, creando cerebros dependientes de esa dopamina y adrenalina que genera el premio.
Si queremos campeones para el deporte y para la vida, personas adultas que sepan tolerar la frustración, aceptarse, y quererse a si mismos, habría que cambiar esas preguntas por preguntas basadas en la experiencia y el proceso: ¿qué aprendiste hoy? ¿Cómo te sientes cuando entrenas? ¿qué has hecho que te acerca a donde te sientes mejor? ¿qué es aquello que te hecho sentirte satisfecho en el entrenamiento?
La clave esta en el proceso, porque los resultados, a veces llegarán, pero otras veces no. Eso es la vida. Un resultado no refleja quien soy, ni lo que hago día a día. Aprender a ser feliz con mi proceso, y sobre todo divertirse mientras haces aquello que te hace feliz y trabajas duro para verte progresar.